El Fuego de la Transmutación Alquímica
No se puede dejar de ver el mundo como un Misterio. Cuando esto sucede, la impresión es muy vívida, fulgurante, y aparece por sí misma, aunque somos nosotros, seres individuales, los que “aparecemos” ante esa realidad indubitable, y que nos incluye plenamente. Una realidad que “es todo lo que es ” (“ Brahmâ condicionado”, el Ser), pero al mismo tiempo “todo lo que no es ” (“ Brahma incondicionado”, el No Ser). La Suprema Identidad metafísica no admite dualidad alguna, aunque esta sea la más alta. Frente a la ideología de los actuales “sopladores de carbón”, o sea la new-age y el circo del bazar pseudo-esotérico, que creen que el “yo” o la “conciencia individual” ( ahankâra ) ha de “disolverse” en una especie de vaga “conciencia cósmica” para alcanzar la “liberación”, la Alquimia espiritual por el contrario siempre ha propuesto la transmutación de ese mismo “yo” individual en un rayo de luz ( buddhi , elemento supraindividual del ser humano) que lo “conecte” con su Ser or