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Mostrando entradas de febrero, 2024

La Gran Parodia de la Civilización Artificial (2ª Parte). Los Precursores de la "Singularidad Tecnológica"

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  Idea futurista del "alma del software" digital de la máquina. Vector de Octapius Ciertamente, la cibernética al relacionar el campo de la física con el de la neurología y el de las computadoras, es la que está al mando de la civilización que ella ha acabado de conformar, una civilización fundamentada en gran parte en la “realidad virtual”, es decir en el ciberespacio, y que por la propia dinámica de los hechos llegará un momento en que se confundirá con la realidad concreta y sensible, hasta el punto que la mente humana no podrá distinguir entre la una y la otra. Esa misma confusión dará lugar a la aparición definitiva del transhumanismo, un término que refleja hasta qué punto las ciencias gobernadas por la cibernética están rompiendo con lo genuinamente humano. Se nos dirá que esa pretensión ya viene de lejos, y es cierto, pero la sociedad cibernética no se ha manifestado plenamente hasta que la IA y la “revolución digital” dirigida por ella no se ha hecho ya imprescin

La Gran Parodia de la Civilización Artificial (1ª Parte). Entre Escila y Caribdis

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  Grabado alemán donde se ve la nave de Ulises atravesando el estrecho marítimo  entre el monstruo Escila y el remolino de Caribdis. Esta es la primera de tres entregas sobre un tema que ya  hemos tratado  en alguna ocasión. [1]  Nos referimos a las consecuencias negativas que la tecnología de la Inteligencia Artificial (IA) está provocando en la sociedad del siglo XXI, consecuencias que suponen un cambio radical de paradigma con respecto a la concepción misma del ser humano. Sabemos que esta iniciativa se enmarca dentro de un proceso de degeneración cíclica que afecta a la humanidad entera y que ha permitido la manifestación de esa posibilidad, impensable en otros momentos de la historia.  El objetivo que se persigue, y que ya se está consiguiendo, es sustituir a lo humano por un ente artificial que “imite” nuestros procesos cognoscitivos con el fin de suplantar nuestra identidad como seres que, al contrario de esa artificialidad, estamos dotados no solo de un cuerpo (cuyos “mecanismo