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Mostrando entradas de abril, 2022

DEL DIOS INEFABLE. "Porque lo ignoro, lo adoro". (Texto y Vídeo)

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P or mucho que uno medite y escriba sobre estos temas que tienen que ver finalmente con la metafísica, siempre permanece un interrogante en la conciencia que es muy difícil de desentrañar, tal vez porque lo que pretendemos conocer es en verdad incognoscible, lo cual no exime de la realidad del Misterio, de su “presencia” en el centro de todas las cosas y de todos los seres vivientes, desde las más altas jerarquías angélicas hasta los que habitan los mundos más inferiores de l a Creación. Pero no podemos definir ni nombrar el Misterio. Él es inefable e inexpresable. Por eso existen los símbolos sagrados, pues por su propia capacidad de síntesis ellos nos despiertan otros mecanismos de asociación entre las ideas que no puede despertar el discurso racional. Los símbolos nos acercan a la comprensión de lo inefable. Nos llevan hasta un límite desde donde se puede intuir lo que no tiene nombre, porque los contiene a todos. No podemos describir el “Misterio”, pero sabemos que está ahí, guiá

El Misterio de la Semana Santa, o el Sacrificio del Héroe-Dios (Texto, Video y Podcast)

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  Icono de la Ascensión de Cristo Todas las tradiciones tienen sus mitos fundadores y héroes ejemplares, que se celebran en fechas señaladas del año, coincidiendo muchas veces con el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera, o cercanos a ellos. La tradición cristiana, en cuya cultura hemos nacido la gran mayoría de nosotros, tiene dos fechas muy señaladas relacionadas con esos mitos fundacionales: la Navidad (nacimiento del héroe que coincide con la fecha de otros héroes-dioses, como Mitra) y la Semana Santa, durante la cual el héroe fundador es aclamado como “salvador” al entrar en la ciudad sagrada, o ciudad santa, en este caso Jerusalén, y subido en un asno, animal representativo de las energías inferiores, queriendo ejemplificar con ello la victoria definitiva de la luz sobre las tinieblas. Su entrada en la ciudad santa coincide con el domingo, el día del Sol, y es recibido con ramos de palmera y de olivo, árboles relacionados con la regeneración espiritual y la luz de

Apuntes sobre la Tradición Cristiana

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  Jesús lavando los pies a los apóstoles. Giotto, capilla de los Scrovegni, Padua. 1 . Un hecho importante que justifica que el Cristianismo fuese en sus orígenes una tradición puramente esotérica e iniciática, y con un simbolismo tendente a los misterios de la Metafísica, es la identificación de Cristo con Melquisedeq, rey de Justicia y de Paz; ese personaje misterioso que aparece varias veces en la Biblia y que según San Pablo es “sin padre, sin madre, sin genealogía, que no tiene ni comienzo ni fin de su vida, sino que es hecho semejante al Hijo de Dios; este Melquisedec permanece sacerdote a perpetuidad” (Hebreos 7: 3). Melquisedeq es idéntico al  Manu  hindú, una manera de denominar la Luz de la Inteligencia divina en esa tradición. Melquisedec tiene como dios a  El-Elyon , al “Dios Altísimo”, equivalente a Emmanuel, que es uno de los nombres que recibe Cristo al nacer, y que significa “Dios en nosotros”, o “Dios con nosotros”. Fijémonos que en la palabra Enmanuel está presente  M

Los "Nobles Viajeros"

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Peregrino medieval. Alberto Durero. En Las Utopías Renacentistas (cap. IX), hablando de la búsqueda del Conocimiento,  la Ciudad Celeste y su ubicación   en el alma humana,  Feder ico González  nos recuerda que : El hombre lleva en sí el ansia de ampliar sus horizontes, lo que equivale en el exterior al viaje y la novedad de otras tierras. Arriesga su vida en ello, se juega entero. Pero no sabe que está simbolizando lo que es la mayor apetencia del alma: el conocerse a sí misma, es decir, la aventura del viaje interior inmensamente más rica que cualquier Eldorado. Sin duda alguna no hay mayor tesoro que el Conocimiento, y tampoco mayor aventura que la que conduce a él. En efecto, cuando por las circunstancias que fuesen “descubrimos”, o mejor, “intuimos”, que nuestra individualidad es el reflejo de una realidad más alta, y como consecuencia de ello se nos despierta una irresistible curiosidad por saber qué es y de qué trata dicha realidad, entonces, en ese preciso momento, da comienzo